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LA COMUNICACION Y LAS RELACIONES HUMANAS
Cuatro siglos antes de la era cristiana, Aristóteles definió
al hombre como un zoonpolitikon, es decir como un animal social.
A lo largo de los siglos, la vida humana ha sido un tejido
complejo de comunicaciones. Eminentes antropólogos atribuyen el mérito de la
cultura y la civilización al lenguaje. Este en sus diferentes formas, al
permitir una comunicación cada vez más refinada, ha creado una brecha y un
abismo entre el homo sapiens y los simios de los bosques y de los parques
zoológicos.
Para las relaciones humanas no hay recetas; no hay reglas de
matemáticas y de aplicación universal. Tal vez por eso nadie tenga éxito total
en sus relaciones. Y quien dijera lo contrario de sí mismo, mentiría o se
engañaría.
Una ayuda para ubicarnos en este mare mágnum es distinguir
las grandes esferas del existir y del actuar: la familia, el trabajo, las
actividades sociales; y analizarlas, por separado, en un examen de conciencia.
Toda comunicación además de un contenido determinado,
incluye determinada información sobre cómo debe tomarse dicho contenido.
Nunca afinaremos demasiado nuestras antenas receptoras y
emisoras para salir airosos de la difícil y eterna tarea.
Las relaciones humanas no se realizan en abstracto, sino en
circunstancias muy concretas de raza, edad, sexo, jerarquía, ideología, normas
sociales, épocas históricas, tradiciones culturales, situaciones ecológicas y
expectativas personales.
Cada relación humana es única. Cada relación humana podría
repetir la célebre expresión de Ortega y Gaste: "yo soy yo y mis
circunstancias".
Una persona egoísta no se comunica igual que una persona
altruista y servicial. Tampoco son iguales las relaciones de la persona
dominante y de la sumisa; la energética y la apática; la audaz y la tímida.
Aunque tenemos una limitada capacidad para fingir, nos
comunicamos como lo que somos, más que con los que decidimos. Para bien o para
mal.
Las ciencias psicológicas y psiquiátricas nos enseñan que
muchos de los trastornos de la personalidad se fraguan en la interacción
interpersonal.
Existen facilitadores de las relaciones humanas, las cuales
van en sentido opuesto de las barreras. Concientizarnos de las complejidades de
la comunicación interpersonal; No vivir en la ingenuidad de que lo que la
persona quiere expresar, lo captarán de la misma manera; ni de que la forma en
que otros me perciben, es toda mi realidad, y mi sola realidad, y la forma
única en que los demás me van a percibir.
Cultivar actitudes genuinas de interés por los demás,
aceptación, respeto y apertura; superar el egoísmo y el desmedido egocentrismo
para que nazca la empatía, que es entrar en el mundo de otro " ponerse en
su lugar”.
Decidirnos a vivir con espontaneidad y con deseo de
comunicación; aceptar el riesgo de expresar los propios sentimientos, quitarse
las máscaras y tender puestos en vez de levantar bardas y murallas.
Las relaciones humanas no son un asunto técnico, ni son
temas meramente académicos que se aprendan en el aula como se aprende geometría
o historia de china. El seminario de relaciones humanas no está hecho de teorías,
conceptos brillantes ni de recetas mágicas. Esta echo de vivencias impactantes
y reflexiones profundas que propician una pre educación de las actitudes hacia
así mismo, hacia los demás y hacia la vida.
1 comentarios :
Buen dia
Gratisimas por este post. Cada uno debe hacerse responsable de cada palabra dicha y cada acto. Tal vez el mundo no este fallando si no cada uno al no saber manejar las relaciones con los demas.
Como siempre es un gusto poder entrar a esta pagina
Mahtma Intamish
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