LA MENTE segunda parte.

                     LA MENTE  II

 Como les decíamos en nuestro anterior escrito, ahora nos vamos a ocupar de la más importante de las tres, que es la MENTE INTERIOR. Ésta funciona con los datos que le aporta La Conciencia. La tenemos al nacer, pero las escuelas, universidades, religiones, etc. han hecho que se atrofie. Con esta mente se puede conocer la verdad, las verdades cósmicas (Karma, reencarnación, etc.).

El que usa esta mente no pide demostraciones, no exige que esté científicamente demostrado, se van las dudas, el escepticismo desaparece, se ve todo más claro y lo que es más importante, nos permite darnos cuenta de la cantidad de mentiras que nos han contado nuestros dirigentes educacionales, religiosos, políticos, científicos…Y por qué?, pues porque estamos en contacto con nuestro Real Ser a través de la Conciencia y ya no tenemos que esperar que alguien nos explique las cosas, tenemos nuestro Maestro Interno que nos instruye sin engañarnos, sin leer libros, sin ir a la escuela.

Pensemos un momento… ¿a qué universidad fueron Pitágoras, Platón, Jesús el Cristo, Sócrates y tantos otros…?  No necesitaron ir a la escuela, tenían a su Maestro Interno que les guiaba.

         El intelecto es racionalista, subjetivo, tosco. Y, como decíamos antes, pide demostraciones. Lógicamente no se le pueden dar; es como querer explicarle logaritmos a un señor que apenas sabe sumar, nos diría que eso son cuentos chinos. Si somos intelecto nada podemos saber.

         Con la mente interior desarrollamos la Imaginación, la Inspiración y la Intuición, que las conseguimos con el Pensamiento Psicológico. Pensar psicológicamente es auto- observarse, cuando uno se auto-observa, cuando uno mira que está ocurriendo en su psiquis, está pensando psicológicamente. El intelecto sirve, no decimos lo contrario, pero en su sitio.

Las gentes buscan, van de una escuela a otra, de una religión a otra, y como usan el intelecto, fracasan. Cuando pensamos psicológicamente, estamos utilizando la inteligencia. Y ahora es el momento de aclarar lo que les prometí en el escrito anterior: la diferencia entre inteligencia e intelecto. Intelecto es una parte de la mente. Intelecto es la facultad que nos permite comprender que todo es incomprensible. La inteligencia es la capacidad que nos permite ver lo esencial. Vemos, pues, claramente que el intelecto es patrimonio de la mente sensual; la inteligencia es patrimonio del Ser. Cuando uno es capaz de responder a las preguntas de quién soy, de donde vengo,  a qué he venido y hacia donde voy y se dedica a ello, está usando la inteligencia; si usa solo la razón, es el intelecto el que interviene.

        

La Imaginación es poder ver, imaginar es ver. Todo aquel que imagina está viendo la cosa imaginada. Decía Kant que lo exterior es una proyección de lo interior, y no le faltaba razón. Todo lo que existe en el exterior ha estado primero en el interior; si miramos un monumento de valor universa (las pirámides, por ejemplo) primero fueron imaginadas y proyectadas por los ingenieros, luego pasaron a la acción. Y así pasa con todo lo que existe en este planeta; no sólo en el planeta sino en todo el universo. Antes de que éste existiera ya existió en el interior del Creador.

La Inspiración es poder comprender lo que estamos viendo en nuestro interior. Muchas veces vemos, soñamos cosas y tenemos que preguntar a alguien        que nos interprete lo que hemos visto porque no lo entendemos. Y así pasa con cualquier pensamiento que podamos tener.

La Intuición es la facultad que nos permite hablar con los elementales de la naturaleza. Ahora comprenderemos el porqué nuestros antepasados conocían las propiedades de las plantas, como podían hablar con sus elementales éstos les decían para qué servían, con que propósito estaban allí y cómo debían usarse para que curaran. Si esto no fuera así ¿Cuánto tiempo hubiese tardado la humanidad en saber que planta era buena para el hígado, para el estómago, etc.? Seguramente aún no lo habrían descubierto.

Todo aquel que consiga estas tres facultades ha llegado a lo que se llama La Iluminación; el iluminado se sale de todo lo establecido, no se mezcla con el pensamiento global de la humanidad, él va por otro camino, sin embargo hará todo lo posible para ayudar a cuantos pueda, porque ve lo mal que lo estamos pasando por usar las dos mentes entes descritas.

Si usamos solamente la razón subjetiva nada podremos saber, nos pasaremos la vida buscando, entraremos en una escuelita y al poco tiempo nos iremos de ella porque nada pudimos conseguir, iremos a parar a una secta, por muy numerosa que sea y obtendremos el mismo resultado… y así hasta que nos cansemos de buscar y desistamos de nuestras buenas intenciones. Acabaremos diciendo: ¡Bah! Todo es mentira, todos son unos embaucadores, nada de lo que dicen existe.

Esto nos pasará por haber utilizado las dos primeras mentes: sensual e intermedia. Como nadie nos  lo enseñó, pues ni tan siquiera sospechamos que esto exista. Ni los colegios, ni las escuelas, ni las universidades, ni las religiones dan estas enseñanzas ¿cómo las van a dar si no las conocen? Y las religiones que sí sabían esto se lo callaron para no ser descubiertas, y ya lo han olvidado, no lo saben.

Nosotros hemos tenido la gran dádiva de conocer a tres grandes seres que nos entregaron esta sabiduría. Si no hubiera sido por ellos tampoco nosotros sospecharíamos que esto existe. Agradecemos, pues, a estos seres las enseñanzas que nos dieron y que ahora transmitimos a todos los que quieran leernos, sin distinción de raza, sexo, religión, partido político, ni ninguna otra clase de asociación que pueda existir en  el planeta Tierra.

Esperamos que esto haya abierto algunos ojos. Pero tenemos que decirles que esto no ha terminado todavía, ahora corresponde estudiar el comportamiento de los razonadores,  cosa que dejamos para el siguiente escrito.

Que tengan buena salud, buen darma y buen dinero y que las energías divinas les acompañen siempre.

                                                Mahatma Pepdife Walkatélfo

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