Cómo echar por tierra el mito de la deficiencia proteica
El psiquiatra Neal Barnard ha afirmado que hay etapas a la hora de enfrentarse a la muerte.
La primera etapa es negación, la segunda es ira, la tercera es negociación y la cuarta aceptación.
Nuestra sociedad está luchando con la hiriente verdad de que la carne y sus derivados son productos de la crueldad hacia los animales, responsables de la devastación ecológica y una de las causas más significativas de apoplejías, ataques al corazón, aterosclerosis, hipertensión, impotencia masculina, enfermedades urinarias, osteoporosis, artritis, diabetes y cáncer.
Algunos de nosotros hemos aceptado los hechos y hemos dejado de comer estos productos por completo. Otros están en las etapas de negación, ira o negociación.
Miremoslo desde un punto de vista psicológico.
Negación: La gran mayoría de nuestra sociedad se encuentra en la etapa de negación. Saben que los animales son aniquilados para ser convertidos en panceta, sándwich de pescado o hamburguesas, pero prefieren desconectar su mente de dicho sufrimiento. Esta desconexión de la mente se llama "insensibilidad psíquica". Todos lo hacemos en determinadas circunstancias. Los hombres somos insensibles ante el sufrimiento femenino. Somos insensibles ante el sufrimiento de la gente de color. Y somos insensibles como humanos ante el dolor y muerte que conllevamos a los animales. La personas pasan su vida en un "trance consensual", compartiendo una creencia incuestionable que, de ser cuestionada, resulta inmediatamente rechazada.
Ira: A veces, sin embargo, la cuestión surge una vez más y perturbando el "trance consensual". Como si te despertaran rudamente de un profundo sueño, la ira es la reacción más común. Bien, así es como algunas personas se sienten cuando una creencia fundamental es cuestionada hasta la saciedad. Tienen lo que piensan que es verdad y no quieren ser confundidos con los hechos. Este tipo de personas se negará al diálogo, ignorará los mensajes, etc. Si el agente de cambio persiste en cuestionar sus apreciadas creencias las cosas se pueden poner feas.
Negociación: Uno de los ejemplos más comunes del estado de negociación en la idea de abandonar el consumo de productos animales es la falsa afirmación, que una vez fue una verdad totémica, de que los humanos necesitamos proteínas completas y de alta calidad que se encuentra casi exclusivamente en los huevos, productos lácteos y carne de los animales. Este mito es utilizado como un escudo para protegerse contra los cambios sustanciales, un truco de negociador para obtener un compromiso y así continuar con los viejos hábitos modificados en lo mínimo.
Aceptación: Tenemos que aceptar que el mito de que sólo los alimentos animales pueden proporcionarnos proteínas de alta calidad es tan solo eso, un mito. La Asociación Americana de Dietética (American Dietetic Association, ADA) se postura de la siguiente manera en su último escrito sobre las dietas vegetarianas: "Las fuentes vegetales de proteínas pueden por sí solas proporcionar cantidades adecuadas de aminoácidos esenciales si se consumen ciertas variedades vegetales y se satisfacen las necesidades energéticas".
Necesitamos consumir alrededor de un 10% de las calorías en forma de proteínas. De acuerdo con los datos obtenidos de Valores Nutritivos de los Alimentos Americanos en Unidades Comunes, editado por el Departamento de Agricultura de los EE UU en su manual núm. 456, las frutas derivan alrededor del 5% de sus calorías en forma de proteínas, mientras que el resto de los alimentos tienen una media del 10% o superior.
En lo que atañe a complementar las proteínas en una misma comida, la ADA añade: "Las investigaciones sugieren que no se necesita consumir proteínas complementarias al mismo tiempo...", aunque recomiendan el consumo de alimentos variados a lo largo del día.
Publicado por. Italo Alberto
Fuente: Unión vegetariana Internacional
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